miércoles, 5 de septiembre de 2007

El retorno de Boabdil, tercera parte

Y saliendo del país,
con su ejército morisco
hizo un alto en el camino
y dijo el gran Boabdil.
"Cual riquísimo tapiz
hay otra ciudad encantada
mas hermosa que granada
y que se llama París"
Con paso firme y rápido
reanudó Boabdil la marcha,
y con el frio de la escarcha,
se abrió paso entre el suelo árido.
Llegando a las murallas
y con un par de ataques,
éstas se derrumbaron,
y todos los que atacaron
cayeron como cobayas.
Y, como en la anterior ocasión,
la ciudad, en todo su esplendor
mostraba una puerta dorada,
la cual, para su adoración,
estaba de guirnaldas rematada.
Pero, para esta vez,
Boabdil reservaba un arma:
diez soldados de uniforme
portaban un ariete de plata.
Al primer golpe
un gozne de la puerta saltó
y así, de este modo
la moral de Boabdil subió...

No hay comentarios: